El viernes pasado iba con mi madre en el coche, con el reggeton a tope, cuando vi pasar un ciclista en bici. Abrí la ventanilla y lo miré, seguidamente hice una de mis risas de histérica. El ciclista me miró, se asustó y se mató cuando tropezó con una madriguera de guadaballo. En fin, que me empecé a partir la caja torácica y al final tuve que ir a la heladería para que me cosieran el riñón (porque sin darme cuenta me clavé el dedo de mi madre en el pecho.
P.D: Iros acostumbrando, esto no acaba más que empezar.
Firmado, Picota.
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